100 días de cuarentena: los efectos del aislamiento en la salud mental

●        Un estudio de Mercer Marsh Beneficios revela que solo el 23% de las empresas en Argentina ofrece recursos o planes de acción para la salud mental de sus empleados y que el 9% de las compañías ha llevado a cabo algún estudio para medir u obtener data sobre el tema.

●        El confinamiento puso a prueba la capacidad de las compañías para proteger la salud mental de sus empleados.



        Un estudio de Mercer Marsh Beneficios revela que solo el 23% de las empresas en Argentina ofrece recursos o planes de acción para la salud mental de sus empleados y que el 9% de las compañías ha llevado a cabo algún estudio para medir u obtener data sobre el tema.

        El confinamiento puso a prueba la capacidad de las compañías para proteger la salud mental de sus empleados.

El confinamiento de millones de personas en sus casas es una de las medidas más drásticas que se tuvo que tomar para tratar de contener la expansión del COVID-19. Además de la resiliencia de las organizaciones, y sus planes de continuidad de negocio, esta situación también puso a prueba la capacidad de las empresas para proteger la salud física y mental de sus empleados.

Resulta paradójico que, si bien se requiera el distanciamiento social para contener la propagación del virus y protegerse, el aislamiento también pueda contribuir a un daño en la salud mental a largo plazo. Algunos de los sentimientos más frecuentes que la situación genera son el miedo a salir a la calle y contagiarse, la ansiedad por el estado de salud propio o de seres queridos, la tristeza, la soledad, además de los problemas de convivencia que puede traer.

Cuando estas preocupaciones existenciales no logran ser dominadas por las personas, empieza a manifestarse a través de sintomatología física: taquicardia, sudoración, temblores, sensación de mareo, problemas gastrointestinales, irritabilidad, impaciencia, insomnio, dificultad en la atención en la concentración, ataques de pánico, son solo algunos de ellos”, explica Julieta Doldo, líder de Mercer Marsh Beneficios (MMB) en Argentina.

Una encuesta realizada por MMB demuestra que el 24% de las empresas ha tenido que atender algún problema relacionado con el estrés de sus empleados estos últimos meses. Por otro lado, el 17% de ellas puso en marcha una encuesta para entender el sentir y pensar de los empleados, y el 16% desarrolló un programa de apoyo para sus empleados. Aun así, esta situación lleva a preguntarse: ¿cuán preparadas estaban de antemano las empresas en Argentina para proteger la salud mental de sus empleados frente a una crisis?

Según datos del Estudio Regional de Tendencias en Salud Mental realizado por MMB en el 2019, solo el 23% de las empresas en el país ofrece recursos o planes de acción para la salud mental de sus empleados. Los más comunes son los programas de reincorporación laboral post accidente o enfermedad (60%); políticas de prevención de violencia y acoso en el trabajo (40%); programas de prevención del abuso de alcohol y sustancias proactivas (40%); coaching y apoyo profesional (40%); entrenamiento a líderes y supervisores en manejo de temas de salud mental (40%).

Al respecto, la líder de MMB Argentina sostiene: “El 92% de las empresas cuenta con un beneficio de cobertura plan médico privado que incluye la asistencia de salud mental, pero el hecho de tener una buena cobertura no implica que el empleado goce de una buena salud mental”.

Son muy pocas las compañías que cuentan con algún tipo de información relacionado a este tema, ya que solo el 9% ha llevado a cabo en los últimos años algún estudio que les permita medir la salud mental de sus empleados y obtener data. Entre las razones más comunes por las cuales las compañías deciden desarrollar dichas estrategias se encuentran: mejorar el clima laboral de la organización midiendo el nivel de estrés (38%); mitigar el ausentismo y la reducción de la proactividad (38%); razones legales y regulatorias (31%), como parte de la estrategia del programa de bienestar (25%), desarrollo de indicadores de la gestión de los líderes (25%), mejorar la percepción de la prevención de salud de los trabajadores (13%).

El estudio remarca las carencias y la importancia de seguir fortaleciendo programas y políticas estructuradas, campañas de educación, soluciones digitales que permitirían acceder a terapias y cuidado de la salud mental virtualmente, que permitan mantener la confidencialidad del empleado. Las empresas deberían incluir los temas relacionados con la Salud Mental en sus Programas de Bienestar de forma integral con el resto de los Programas, para poder hacer un seguimiento con regularidad. “Existe un largo camino por recorrer en Argentina que permita remover el estigma a través de programas de comunicación a los empleados sobre concientización de la importancia de la salud mental, hoy vital frente a una pandemia”, concluye Doldo.

La crisis del COVID-19 pasará y en algún momento volveremos a nuestros viejos hábitos laborales. Mientras tanto, tenemos una oportunidad para mejorar y profundizar en este aspecto del activo más importante que tienen las empresas: las personas.