Este sábado 20 de agosto se realizará la edición 21 del operativo Alcoholemia Federal, coordinado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) -organismo del Ministerio de Transporte-. Los controles serán junto a las provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) y municipios de todo el país, para controlar y evitar la circulación de conductores que superen los niveles permitidos de alcohol en sangre.
En la edición de julio, del total de conductores testeados, el 4% arrojó como resultado alcoholemia positiva, mientras que el 94% registró alcohol cero.
“La Alcoholemia Federal es una política pública sostenida que apunta a generar un cambio en las costumbres viales. Gracias a los controles realizados por las jurisdicciones en todo este tiempo, la cantidad de conductores que aun deciden transitar por la vía pública alcoholizados son un porcentaje menor, pero continúan siendo un riesgo para el resto de las personas. Por eso debemos aumentar el esfuerzo y el compromiso para que los argentinos entendamos que la única graduación de alcohol en sangre segura para conducir un vehículo es cero”, remarcó el director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano.
En Argentina, los siniestros viales son la principal causa de muerte en las personas jóvenes, y en al menos uno de cada cuatro siniestros el alcohol está presente. Es por eso que este operativo nacional también busca concientizar a quienes conducen sobre las consecuencias negativas del alcohol al volante.
El promedio del total de las ediciones pasadas señala que la tasa de conductores con presencia de alcohol en sangre es del 6% (cualquier graduación); la tasa de conductores con presencia de alcohol en sangre superior a 0,5 gr/l es del 4% y la graduación alcohólica promedio entre los casos positivos es 0,86 gr/l, siendo los hombres el doble de casos positivos en relación a las mujeres a igual cantidad de test realizados.
¿Qué pasa al tomar alcohol y conducir?
Al conducir luego de tomar bebidas alcohólicas, el riesgo de provocar un siniestro vial es 3 veces mayor que el de un conductor sobrio. Estas probabilidades se multiplican por 10 y hasta por 30 veces cuando el alcohol consumido varía entre los 0,5 g/l y 1,2 g/l.