Nos permitimos abordar este tema que es de absoluta actualidad, para la realidad y no para los medios de información pública.
A pocas horas de producido el fenómeno, algunas más y otras menos, se produce la difusión de lo sucedido, los daños, vidas que se pierden personas heridas, lesionadas.
En la realidad, podemos decir, que, sin lugar a duda, cuando termina la difusión pública del evento, para nuestra actividad es el comienzo del tratamiento del tema.
Comienza con la denuncia por parte del Asegurado, que en algunos casos tiene un agujero en el techo, volcar la denuncia, que por más fácil que sea no es un tema urgente o prioritario, se involucran los asesores de seguros para atender a sus clientes, las Aseguradoras, destinan mayor cantidad de personal para atender y solucionar algunos siniestros y también para derivar la atención de las denuncias a los ajustadores, que también disponen de más personal para la tramitación de los ajustes y verificación de los daños.
Si bien todo se debe hacer ágilmente, hay situaciones que deben ser verificadas, desde el primer momento, pagos, vigencias y coberturas, y estas verificaciones no las ve el Asegurado, que siente a veces que la respuesta tarda en llegar.
Hay Aseguradoras que reaccionan rápido delineando si se aplica o no infra seguro, hasta que porcentaje, como manejarse para dar anticipos de indemnización, entre otros lineamientos, que sin dudas ayudan a la tramitación del siniestro y sin dudas a su cliente.
También hay que comprender y entender que siente cada persona que tuvo el siniestro, de qué manera le afecto el hecho, y buscar un objetivo para que lo supere y se enfoque en la reparación y no en lo sucedido.
Esto generalmente, sucede en casos de afectaciones importantes, en lesiones y/o pérdida de vidas, terremotos, huracanes, pero no así en daños menores, aunque advertimos a la luz de la experiencia que algunas personas reaccionan mal psicológicamente, pero como mencionamos no es la generalidad.
Es fundamental, saber que en los lugares propios y/o circundantes a los sitios donde se desarrolló el fenómeno, se produce un aumento de precios de mano de obra y materiales necesarios para las reparaciones.
Sin dudas este es un costo adicional que asumirán las Aseguradoras en el siniestro.
Recuerdo que hace años se produjo un importante temporal con vientos huracanados que entraron por el Oeste de la Provincia de Buenos Aires.
Entonces en esas reparaciones se utilizaron proveedores de las zonas Norte y Sur, porque los materiales en la zona Oeste habían subido considerablemente y además en algunos casos se les había terminado el stock.
Estas son pequeñas cosas que realmente hay que tener en cuenta porque suceden.
Adicionalmente, es importante entender que en este tipo de fenómenos se disparan un gran número de coberturas.
Podemos citar las tradicionales de daños materiales directos e indirectos, electrodomésticos, equipos electrónicos, Responsabilidad Civil, porque una parte o un bien de mi casa daño la casa del vecino, el perro que huyo asustado y mordió a un transeúnte, seguro de vida, lesiones, Interrupción del negocio, ya sea por un daño propio o por el daño sufrido por un proveedor, problemas en los accesos a/de las industrias y/o comercios, vehículos, transportes, entre otros.
Lo enumerado precedentemente, podemos decir que son consecuencias directas de los que sufrieron esos daños. Pero me permito destacar y creo que seguramente el lector va a estar de acuerdo, que no solo las consecuencias recaen en los que sufrieron el daño directo.
Las consecuencias más evidentes serán las económicas, falta de suministro eléctrico, agua, por un lapso, aumentaran los costos de los seguros, las prestaciones por las personas lesionadas, los impuestos por el mayor gasto de las municipalidades y grupos de apoyo que han trabajado.
Adicional y fundamentalmente, el mayor daño que nos va a afectar a todos es el daño psicológico que si bien no podemos determinar su grado, sabemos que nada va a ser igual que antes.
Recordemos un granizo importante que se produjo en el mes de Julio, quien podía pensar que ocurriría esto, y sabemos que, desde ese momento, públicamente se da una alerta de posibilidad de granizo, y corremos a ver dónde está nuestro auto
Los vientos huracanados ocurridos en zona Oeste y C.A.B.A., en Semana Santa de hace unos cuantos años, hizo que posteriormente las autoridades modificaran el código de construcción.
Otras ciudades como México, que es sísmica, tienen alarmas sonoras que anticipan unos segundos la ocurrencia de un terremoto, el terremoto de Chile en el año 2010, este fenómeno sufrido por Japón hace escasos días.
Recordaba también inundaciones ocurridas en Asia, que afecto a una planta de fabricación de chips para equipos electrónicos, afectando entre otras la industria automotriz de todo el mundo y así podemos mencionar un sin número de ejemplos que reafirman que cualquier fenómeno en mayor o menor grado nos afecta.
Este articulo tiene el objetivo de exponer que, aunque un hecho de catástrofe no nos afecte directamente, en alguna circunstancia nos afectará y/o nos ha afectado.
Por Ruben Quilindro
Crawford Argentina