La resiliencia es una habilidad que se puede desarrollar, tiene gran demanda y es fácil ver porqué. Las personas resilientes pueden recuperarse emocional y mentalmente del cambio más rápido que otras. Son capaces de atravesar malos momentos sin dejar que la negatividad se apodere de ellas, lo cual es útil para lidiar con el estrés y lo inesperado.
Ser resiliente puede ayudar a marcar la diferencia en momentos de adversidad. Dada nuestra situación actual de incertidumbre, queda claro por qué las empresas valoran esta habilidad en lo laboral, pero ¿cómo se logra que la fuerza laboral tenga resiliencia? Adecco Argentina, filial de la empresa líder en el mundo en consultoría integral en Recursos Humanos, comparte cinco formas en que los gerentes o los profesionales de recursos humanos pueden ayudar a desarrollar estas habilidades.
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Un plan a largo plazo. Para lograr resiliencia se busca tener un rendimiento sostenido, no victorias rápidas. Fomentar las pasiones de los empleados y ayudarlos a expandir sus habilidades en áreas de interés puede alentarlos a buscar desafíos y lograr un impacto. Puede ayudar a fortalecer las relaciones interpersonales y construir una base de aprendizaje en la cultura de la empresa. Pensar en el futuro y visualizar la luz al final del túnel ayuda a ver más allá de una crisis.
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Priorizar la capacitación y el desarrollo. Hay que generar espacios para aprender y crecer. El entrenamiento en resiliencia puede ocurrir de varias formas. La idea es aumentar la percepción personal sobre cómo se navega por el mundo que nos rodea y qué puede dejarnos vulnerables a pensamientos o emociones negativas. Se puede considerar una evaluación de autodesarrollo, una forma rápida pero poderosa de obtener información para tener una mejor comprensión de uno mismo, así se pueden identificar áreas en las que trabajar para fortalecer la capacidad de recuperación.
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Valorar las relaciones. La resiliencia se trata de equilibrar las relaciones con uno mismo y con los demás. No todos trabajan bien juntos desde el principio, pero parte de ser una fuerza laboral resiliente es la capacidad de recuperarse. Fortalecer vínculos entre los empleados es fundamental. Los que se sienten apoyados por su equipo tienen más probabilidades de pedir ayuda cuando la necesitan y es más probable que compartan sus ideas. Se debe dedicar tiempo a asegurarse de que el equipo confíe el uno en el otro y lo más probable es que se apoyen cuando los tiempos sean difíciles.
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Construir una cultura saludable. Lo más efectivo es intentar construir resiliencia directamente en el núcleo de la cultura de una empresa. Es genial capacitar a los empleados para enfrentar la crisis actual, pero ¿qué tal capacitarlos para enfrentar también las futuras? Las culturas que apoyan y recompensan el comportamiento resiliente tienen más posibilidades de resistir porque tienen un grupo comprometido de personas que pueden deshacerse de lo negativo, en lugar de poner el foco en eso.
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Líderes involucrados. Los gerentes y ejecutivos pueden beneficiarse de la construcción de la resiliencia tanto como cualquier otra persona. Cuando el liderazgo se involucra, todo es más efectivo. Liderar con el ejemplo es una forma poderosa de enseñar y los empleados tienen más probabilidades de imitar el modelo viendo ejemplos de resiliencia efectiva.
La resiliencia es una habilidad que necesitamos todas las personas
La capacidad de navegar en un mundo cambiante sin abrumarse es algo que será importante durante mucho tiempo. El objetivo debe ser crear una empresa o una estructura de equipo en la que fomentar la resiliencia sea recompensado y donde se apoye al resto del equipo con naturalidad. Al fin y al cabo, todos lidian con el estrés, aunque lo enfrenten de maneras diferentes. Trabajar en un entorno saludable y positivo puede mejorar el bienestar, la salud mental, las relaciones interpersonales y fortalecer los equipos.
Los cambios no se podrán ver de un día para otro, los empleados deben tener la oportunidad y las herramientas para desarrollar esta habilidad. Es más efectivo enseñar sobre las habilidades de resiliencia antes de que las necesiten en lugar de durante una crisis, de lo contrario, puede ser un desafío mayor de lo habitual.