Preocupantes cifras de drogas en el tránsito en CABA

Los datos surgen de los operativos que se hicieron en la Ciudad de Buenos Aires entre enero y mayo.



Los datos surgen de los operativos que se hicieron en la Ciudad de Buenos Aires entre enero y mayo.

“Empezamos a dar vueltas, era interminable. Fue un silencio tremendo en la parte de atrás”. Javier Zylberman (51) manejaba un auto por el barrio de Floresta, cuando en la madrugada del 7 de abril, el impacto brutal provocado por otro conductor mató a su hermana y a una amiga, que estaban en el asiento trasero. El responsable iba a 90 kilómetros por hora en una calle en la que la máxima es apenas de 30, y dio positivo en cocaína y alcohol.

En la Ciudad de Buenos Aires, el 18,4 por ciento de los conductores testeados por drogas dio positivo entre enero y mayo de este año, según cifras de la Secretaría de Tránsito y Obras Públicas de la Ciudad a las que accedió Clarín. La cifra se redujo respecto al mismo período del año anterior (23,3%), pero se mantiene alta respecto a los positivos en alcoholemia (1,3%).

Claro que es difícil comparar los datos, cuando el total de controles por drogas en este período fue de 607, mientras que para alcohol superó los 169.000, una brecha que se explica fácilmente en el costo de los insumos que requieren. Un reactivo para drogas está $ 10.000, contra los $ 350 que cuesta una pipeta para alcoholemia.

Aún así, la cantidad de controles por estupefacientes viene en aumento. Por ejemplo, se incrementaron un 43 por ciento respecto a 2022, siempre comparando de enero a mayo.

La marihuana y la cocaína encabezan los testeos por drogas. De los 607 que se hicieron, 100 conductores (16,47%) dieron positivo para esas drogas solas o combinadas. Casi la mitad (49%) había consumido marihuana, un 22 por ciento cocaína y un 17 por ciento ambas combinadas.

El de Floresta fue uno de los siniestros viales más resonantes de este año, pero no el único provocado por un conductor bajo los efectos de drogas. Diez días más tarde, en la madrugada del 17 de abril, un hombre de 39 años se metió a contramano con su auto en el túnel de Avenida Del Libertador y atropelló a un motociclista. Tenía el doble de lo permitido de alcohol en sangre y dio positivo en el test de metanfetamina. Fue condenado a tres años de prisión en suspenso y cuatro de inhabilitación para conducir.

El motociclista fue dado de alta con una fractura de pierna y muñeca, pero su caso es la excepción. En la Argentina, la siniestralidad vial es la principal causa de muerte en personas menores de 35 años y el alcohol y otras drogas al volante, las responsables de uno de cada cuatro siniestros de tránsito graves.

Lucas Emanuel Peralta Luna tenía 21 años el 10 de julio de 2020, cuando circulaba por la avenida Corrientes, en Villa Crespo, en la moto que usaba para trabajar. Lo atropelló y mató el conductor de una camioneta, que tenía 1,9 gramos de alcohol por litro de sangre -lo permitido en CABA es 0,5 gr/l- y además manejaba bajo los efectos de cocaína y cannabis. Luego, su vehículo subió a una vereda, volteó un semáforo, causó destrozos en una pizzería e hirió a una mujer.

“Tenemos que visibilizar más los controles de estupefacientes”, opina Leandro Ricciardi, director general del Cuerpo de Agentes de Tránsito, y explica a Clarín que desde que empezaron a hacerse, a finales de 2015, la Ciudad de Buenos Aires ha ido aumentando su cantidad, lo que hace al distrito un “líder” en la región.

El problema principal para aumentar los controles es el costo, pero también que insumen mucho más tiempo. “Un test con un alcoholímetro demora segundos, mientras que para el control de estupefacientes usamos un kit que tiene un recolector de saliva y en la punta un reactivo que el conductor tiene que introducir en su boca entre 4 y 6 minutos. Ese reactivo cambia de color, de blanco a celeste. Ahí nos damos cuenta de que está listo para ser analizado y se mete en un dispositivo que hace el análisis, que dura entre 4 y 6 minutos más”, explica Ricciardi.

Tampoco es que haya un tester de drogas por cada control del Cuerpo de Agente de Tránsito. La Ciudad tiene unos seis, explica Ricciardi, y agrega que se utilizan de forma aleatoria en distintos puntos geográficos, entre los que se priorizan aquellos con zonas de discotecas y confiterías.

Por otro lado, se realizan controles “delivery” que son los que solicitan en un lugar donde sucedió un siniestro vial, en ese caso el test se realiza a los conductores involucrados.

(Fuente: Clarin)