Corrientes bajo agua: en 24 horas llovió 350 milímetros



“Pasados por agua. Solo en 24 horas cayó hasta 350 milímetros”. Para Gastón Giqueaux, presidente de la Sociedad Rural de Goya, la situación que atraviesan los pobladores en la mayoría de los departamentos en la provincia de Corrientes es “desesperante”, porque aun hoy (el temporal de lluvia comenzó el domingo por la tarde) el mal tiempo continúa. El promedio anual de lluvias que tiene la provincia es de alrededor de 1500 milímetros.

“Solo hoy, hasta las 7, llevaban 60 mm caídos. Ahora llueve como si recién empezara, así que yo estimo que estaremos arriba de los 100 milímetros cómodos. Los campos están cubiertos de agua y el agua no drena rápido; los caminos rurales se han vuelto intransitables por lo que tampoco se puede saber bien como está la hacienda”, dijo a LA NACION. Según un reporte de INTA, en Corrientes se acumularon más de 450 mm en los primeros 10 días del mes, lo mismo que durante todo enero de 2019, uno de los enero más lluviosos.

La difícil situación que atraviesan los ganaderos correntinos desde hace tiempo parece no tener fin. No terminan de tener adversidades para poder sacar la cabeza a flote: de una feroz y tremenda sequía, a la crecida del Paraná y ahora, con la llegada de El Niño, lluvias torrenciales. “La ganadería es una actividad a largo plazo y cuesta reponerse de los problemas, lleva años crecer”, reflexionó.

Ayer, a pesar de las dificultades meteorológicas, cuando el agua le dio unos momentos de tregua, decidió recorrer los campos de la zona. Sin embargo, hoy no pudo hacerlo porque “la verdad es que la situación de los caminos rurales y de las rutas es crítica, donde el agua ya estaba pasando por arriba de algunos puentes”.

“No se qué puede pasar de ahora en más: nos quedamos sin accesos, tenemos rutas cortadas, el panorama es muy comprometedor. Los campos bajos están totalmente anegados, pero todos están en una situación grave porque el agua te va achicando los lotes y te vas quedando sin lugares secos para dejar la hacienda y tampoco da tiempo para hacer algo porque el agua no se detiene. No hay mucho para hacer, solo esperar que drene”, remarcó.

“Gracias a Dios que este temporal de agua nos cae ahora y no hace un mes cuando el río estaba crecido. Venimos saliendo una enorme creciente del río y, si te agarra con el río alto, ahí sí que iba a ser desastroso”, agregó.

En cuanto a la transitabilidad de los caminos explicó que “no hay soluciones mágicas”, sino que habrá que esperar que el tiempo oree y ver en que estado quedan. “Acá en Corrientes no estaban en tan mal estado como en otras provincias, pero ahora con estas lluvias no hay caminos que aguanten. Habrá que ver un poco que pare de llover”, señaló.

Lo que más preocupa es que vienen fallando todos los pronósticos, las lluvias de pocos milímetros se convierten en grandes temporales de viento y agua y así. Ahora dicen que el tiempo lluvioso daría un impasse de 15 días: “El lunes que se anunciaba solo 15 mm cayó 350, y hoy que era el día en que se esperaba 120mm, ya llevamos casi 100 y no sabemos cuánto puede llegar a llover”.

En Bella Vista, sobre llovido, mojado

A solo 80 kilómetros de la llamada “Petite Paris” y también a la vera del Paraná, se encuentra la localidad de Bella Vista, zona de varias producciones de la provincia. Allí, la horticultura, la citricultura y otras economías regionales son tan importantes como la ganadería. Estas lluvias de los últimos días en la región complicó aun más el escenario en el que estaban los productores que el 28 de diciembre pasado sufrieron un tornado de grandes caracterísictas que complicó la situación de una enorme cantidad de producciones agropecuarias.

Según contó Martín Bruzzo, presidente de la Sociedad Rural de Bella Vista, la ganadería venía muy afectada por la crecida del Paraná como la de los ríos y arroyos internos. “Pero estos últimos acontecimientos de El Niño, con exceso de lluvias, han provocado un tornado que causó graves inconvenientes y afectaron toda la producción: casi 100% de la producción de hortaliza que estaban bajo cobertura plástica se perdió y un sinfín de plantas de cítricos, arándanos y kiwia sufrieron roturas y pérdida de frutas como es el limón de verano. Ese evento climático que ocurrió en la madrugada provocó una pérdida de hasta 30 millones de dólares, por los daños en la infraestructura y en la producción”, expresó.

Ahora, con las precipitaciones de esta semana, la cuestión se agravó. Los caminos rurales quedaron intransitables y muchas rutas troncales de acceso a diferentes parajes también se inhabilitaron por roturas de pavimento, por lo que la gente de la zona, más allá de lo productivo, quedó aislada.

En este contexto, los productores tienen una gran preocupación de cara a los próximos tiempos. “Te hablan de un pronóstico de lluvias leves pero se transforma en violenta. No tenemos una previsión correcta. Venimos de una seca a estas lluvias torrenciales, de un extremo a otro. Venimos castigados por los desastres climáticos sin saber cuándo va a terminar y este fenómeno de El Niño está muy intenso y agresivo y está pegando muy duro. Dicen los especialistas que esto va a seguir hasta marzo, pero si continúa más allá esto va a ser una catástrofe”, finalizó.

(Fuente: La Nación)