La empresa propietaria del MS Ever Given, el carguero que ocupó portadas por bloquear durante 6 días parte del tráfico marítimo mundial, se enfrenta ahora a una demanda de la Autoridad del Canal de Suez (SCA), que pide 916 millones de dólares en reparación de daños y costes de salvamento.
El portacontenedores se encuentra retenido en el Gran Lago Amargo, en mitad del canal, desde el pasado 29 de marzo. La justicia egipcia impide al Ever Given y a los marineros a bordo marcharse hasta que se haya pagado la multa acordada. La batalla legal se produce entre la autoridad de la infraestructura y Bernard Schulte (BSM), operadora del barco, y Shoei Kisen, la propietaria.
Sin embargo, el UK P&I Club, la aseguradora del carguero, ha presentado un recurso contra la detención del barco y la tripulación "por falta de evidencias". Además, critica la cantidad pedida por la gestora del canal, que incluye 300 millones de dólares por "pérdida de reputación" y otros 300 por "bonos de salvamento".
"La SCA no ha proporcionado una justificación detallada para tan extraordinaria petición", sostiene la aseguradora. "También estamos decepcionados con la obligación de permanecer en Egipto hasta que la compensación haya sido pagada", añade el recurso, cuya vista está prevista este martes.
La preocupación por el estado de los trabajadores del Ever Given también aumenta. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unión Nacional India de Marineros (NUSI) piden protección legal para los tripulantes del carguero.
De los 26 miembros de la tripulación, todos ellos ciudadanos indios, solo se les ha permitido abandonar la embarcación a dos, por motivos personales urgentes y se espera que liberen a tres más este jueves cuando sus contratos con la naviera expiren.
Mientras la disputa se enfanga en Suez, los efectos del parón de una de las arterias principales del comercio mundial durante una semana aún siguen afectando a numerosos puertos de Asia y Europa. Las tasas de transporte de contenedores han subido un 10%, hasta llegar a máximos históricos.
Aunque no se produjeron retrasos notables en la llegada de cargamentos a los puertos de Rotterdam, Marsella o Barcelona, las empresas que buscaron alternativas sí que han experimentado pérdidas por sobrecoste, en especial aquellas que optaron por el transporte aéreo, mucho más caro o por la ruta africana, varias semanas más larga.
Además, la interrupción de la cadena de producción produjo una acumulación de contenedores vacíos a la espera de ser trasladados a Asia, un desequilibrio ya presente a causa de la pandemia y que el incidente de Suez ha acentuado más aún.
La crisis del Ever Given dejó al descubierto la fragilidad de los flujos comerciales tradicionales y ha impulsado a numerosas empresas a diversificar las rutas para que, en caso de otro imprevisto como el de marzo, existan alternativas para el transporte de mercancías.
(Fuente: La Vanguardia)