Entre 2006 y 2016 hubo una serie de accidentes sospechosos en distintas rotondas de Granada. Los siniestros eran muy parecidos entre sí, lo que hizo a la Policía Local tirar del hilo y estudiar a fondo aquellas colisiones. El resultado fue un informe que, según han informado a IDEAL fuentes judiciales, ha sido clave para destapar esta supuesta trama para defraudar a distintas compañías aseguradoras. La Fiscalía Provincial de Granada ha formulado cargos contra un total de 43 personas.
IDEAL ha tenido acceso en exclusiva al detallado escrito de conclusiones provisionales que ha emitido el ministerio público, que firma el fiscal Carlos Yáñez y que está fechado el 11 de mayo del año pasado. En la extensa calificación –cuenta con 69 folios–, el fiscal solicita que se sienten en el banquillo 43 personas, que, según las fuentes consultadas, son miembros de las mismas familias.
Las fuentes del caso consultadas por este diario indicaron que las partes están intentando llegar a un acuerdo antes de ir a juicio, un pacto que contemplaría la devolución a los seguros perjudicados del dinero cobrado por los procesados en cada supuesto engaño. También precisaron las fuentes que, de terminar el asunto en una sala de vistas, sería en la de uno de los juzgados de lo Penal de la capital.
El delito por el que el representante del ministerio público acusa a este casi medio centenar de procesados es «estafa», continuada para quienes intervineron en más de un choque, que son una veintena. Doce de los implicados se enfrentan a tres años y tres meses de cárcel, mientras que para una decena el fiscal solicita dos años y tres meses de encierro. A los 21 restantes les pide un año y tres meses de prisión. Aparte, para otros investigados que se han visto salpicados por estos hechos reclama el sobreseimiento, bien por no observar en ellos indicios de criminalidad, bien por prescripción.
El fiscal acusa por presunta estafa y pide penas que van de 15 meses de prisión a tres años y tres meses
Las indemnizaciones que recibieron los acusados fueron cuantiosas en muchos de los casos, llegando en alguno de los accidentes a superar los 15.000 euros.
En su relato, el ministerio público sostiene que los acusados, en la década antes indicada, «idearon un sistema para obtener ilícitamente indemnizaciones por daños materiales y padecimientos físicos fingidos» a costa de diversas compañías de seguros.
Así, con esta finalidad, según prosigue el fiscal, crearon y ejecutaron «de forma mendaz» una «apariencia de realidad inexistente» en múltiples accidentes de tráfico provocados por ellos mismos para posteriormente declarar ante las aseguradoras padecimientos «igualmente inexistentes».
Este supuesto sistema ilícito fue puesto en marcha, siempre según la fiscalía, «por personas unidas por vínculos familiares o de amistad». Entre ellas se estableció un acuerdo «individualizado» para cada colisión, «sin que concurrierse un concierto global y único» para la totalidad de los accidentes que provocaron, matiza el fiscal.
«El 97,79% de los accidentes de todos los investigados se realizó en periodo de inactividad laboral de los acusados», señala la calificación, que detalla que fueron dos los métodos usados para prepetrar los siniestros sin que las compañías se percataran del presunto fraude.
Salida de vía
El primer método consistía en una salida de vía y colisión contra «un vehículo estacionado, árbol u obstáculo». Eso ocurrió en cuatro de los epidodios. En siete de los choques, «se concertaron ilícitamente» para declarar una embestida al vehículo que les precedía. También, según el escrito, declararon «un raspado» en el vehículo en al menos otras cinco ocasiones. Los ocupantes de los coches que propiciaron esas colisiones luego «reclamaron a la compañía aseguradora» por lesiones fingidas.
Este primer método, con sus distintas variantes, se habría usado durante seis años (entre 2006 y 2012) por una de las familias acusadas, integrada por F. C. F., A. F. F. y sus dos hijos.
El segundo método es el que vendría a bautizar mediáticamente el caso, pues «se caracterizó por la provocación controlada de accidentes en rotondas, sin infringir aparentemente normas de circulación». Para el fiscal, los acusados, sabedores de «las malas prácticas» de muchos conductores en estas vías circulares, elegían a uno de los vehículos que circulaban por el carril central como víctima.
A continuación, «realizaban una embestida controlada mediante aceleración en el momento en el que el vehículo víctima hacía la maniobra de cambio de carril». Se podría decir que este fue el siniestro 'estrella', pues el fiscal dice que lo propiciaron en casi un 75% de los siniestros.
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