Una vez más el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre) se conmemora en el marco de una pandemia mundial sin precedentes que, en 2021, sigue sin estar controlada a pesar de los grandes avances. Los efectos del último año y medio en empresas y economías se seguirán sintiendo en el futuro, ya que la recuperación no llega al ritmo esperado. El efecto en la salud mental de las personas ha sido devastador. En Estados Unidos, por ejemplo, 4 de cada 10 adultos han reportado síntomas relacionados con desórdenes ansiosos, particularmente entre adultos jóvenes (18-24 años), por su parte en América Latina y el Caribe, una encuesta reciente de U-Report de UNICEF entre los jóvenes generó más de 8.000 respuestas y reveló que más de una cuarta parte había sufrido casos de ansiedad y un 15%, depresión.
“Los colaboradores han tenido que adaptarse a un trabajo a distancia en apenas días, con casi nulo contacto humano, aprendiendo sobre la marcha infinidad de procesos, adaptándose a velocidad de vértigo, con muchos miedos y muchos duelos, sin oportunidad de despedidas o de gestionar el dolor, con gran cantidad de problemas económicos… A esto sumemos la realidad de las personas con afecciones previas de salud mental, muchas de las cuales están todavía más aisladas socialmente que antes”, señala Julieta Doldo, líder de Mercer Marsh Beneficios de Argentina y Uruguay. “Todo lo que ha ocurrido, nos está pasando factura en la salud mental de nuestras sociedades”, agregó.
Bienestar físico y emocional en las organizaciones. Marsh Argentina realizó durante agosto y septiembre una encuesta a pymes y grandes empresas, de Argentina y Uruguay, de todo tipo de industrias con el fin de conocer cómo actuaron en materia de salud frente a la pandemia.
En ella se observó que el 61 % de las firmas que respondieron, manifestaron que los casos de Covid-19 detectados fueron centralizados por el departamento de Recursos Humanos. Un dato que llamó la atención cuando se les consultó por los requisitos que solicitan para que los colaboradores que hayan padecido el virus pudieran regresar a sus funciones una vez recuperados, es que sólo el 44 % de las empresas pide el alta laboral de la ART, tal como indica la ley. El 84 % requiere (además o solamente) el alta epidemiológica y el 7 % considera que para retomar el trabajo es suficiente que hayan pasado 10 días desde el diagnóstico positivo.
En cuanto al bienestar emocional, la encuesta reflejó que el 44 % de las empresas otorga el servicio de asistencia psicológica adicional a la cobertura médica (de ellas, el 61 % ya lo brindaba antes de la llegada del COVID-19) y el 53 % de estas reconocieron un incremento en su utilización durante la pandemia. Asimismo, se concluyó que el 29% de las organizaciones desarrolló alguna red de contención para los empleados con cuadros depresivos, estrés o ansiedad. Por otra parte, el 24 % de las firmas respondieron que cuentan con algún plan de capacitación para los líderes y/o colaboradores con la intención de que sean capaces de gestionar cuestiones de salud mental que identifiquen en sus colaboradores y así poder orientarlos en la asistencia. Por último, vale destacar que, el 34% de las empresas incluyen en sus programas de bienestar acciones o beneficios relacionados a la salud mental de sus colaboradores como son EAP (Programa de Asistencia al Empleado), mindfulness, yoga, pausas activas, consejería nutricional, opciones de ejercicio físico y, en menor medida, servicio de coaching ontológico, actividades artístico-recreativas y hasta talleres emocionales y de gestión del tiempo, entre otros.
Bienestar rentable. A nivel global, el COVID-19 ha acelerado y reafirmado muchas tendencias que se habían iniciado antes de la pandemia. Entre ellas, una mayor implicación de la empresa en el bienestar integral de sus colaboradores. En la actualidad, el 80 % de las compañías planea mantener las coberturas de los planes de salud en los próximos 6 meses; además de que el 71 % está otorgando la posibilidad de hacer trabajo remoto (home office) a tiempo completo y el 52 % de ellas piensa mantener esa modalidad en forma indefinida.
De acuerdo al Estudio Regional Tendencias de Salud Mental en Latinoamérica y el Caribe 2019 realizado a 880 empresas en 11 países de la región por Mercer Marsh Beneficios antes de la pandemia, el 79 % de las empresas, no contaba con ningún estudio para medir la salud mental de sus empleados. Además, el 71 % tampoco había desarrollado ningún programa para reducir problemáticas de este tipo. Sin embargo, en 2021, el 53 % de las empresas ofrecen a sus colaboradores algún EAP. De ellas, el 89% piensa continuarlo de forma indefinida. A su vez, el 21% de los participantes que no otorgan el beneficio, tiene pensado implementarlo en los próximos 6 meses, esto de acuerdo al estudio Reinventando los Beneficios 2021, también elaborado por la consultora.
Otro aspecto a tener en cuenta son los jóvenes. De acuerdo al Informe de Riesgos Globales 2021, Latinoamérica se enfrentará a una “juventud desilusionada”, un riesgo desatendido que se convertirá en una amenaza crítica para el mundo durante los próximos dos años. Los pandemials, como se los llama a la actual generación de jóvenes, ya tienen las cicatrices de una crisis financiera, un sistema educativo obsoleto, y una crisis climática arraigada. El COVID-19 empeoró gravemente esta situación.
Los Pandemials corren el riesgo de convertirse en una generación perdida del siglo XXI; la soledad y la ansiedad entre los jóvenes ya habían sido descritas como una epidemia pero, desde la trasmisión del COVID-19 en el mundo, la salud mental se ha deteriorado para el 80% de los niños y jóvenes de todo el mundo.
A pesar del aumento de la demanda de apoyo en salud mental durante la pandemia, el informe Tendencias Globales de Salud (Mercer Marsh Beneficios) encontró importantes brechas en las respuestas que existieron en este sentido. La terapia virtual todavía no está muy difundida, ya que sólo un tercio de las aseguradoras la ofrecen en Latinoamérica y el 16 % no cuentan con planes que cubran servicios de salud mental. A nivel mundial, sin embargo, el 68 % de las aseguradoras brindan opciones de programas con este enfoque de salud y consideran que los sistemas privados de atención médica patrocinados por los empleadores son más eficaces que los públicos, al menos en lo que respecta a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento necesarios para los trastornos de psicológicos y psiquiátricos.
“Particularmente en Argentina la situación es diferente a la de la región ya que la telemedicina y la posibilidad de hacer sesiones de psicología on line es una tendencia instalada y cubierta por prepagas y obras sociales. Y es más, en el país es muy frecuente hacer psicoterapia ya que no es una práctica estigmatizada. De allí que tenemos la comunidad de psicólogos y psiquiatras más importante de Latinoamérica”, destaca Doldo.
De todos modos, por la problemática de la salud mental en el mundo y la complejidad que se profundizó a raíz de la pandemia, es clave “tener un programa o una red de contención emocional dentro de la empresa, adicional a los servicios que pueda brindan las prepagas”, advierte la líder de Mercer Marsh Beneficios de Argentina y Uruguay.
Asimismo, las organizaciones deben tener cuidado al diseñar planes y deben entender que una solución única para todos los casos no satisfacerá las diferentes necesidades de una fuerza laboral que, en la actualidad, es bastante diversa. “Una estrategia fuerte de salud mental permite al empleador establecer un marco, identificar brechas, abordar las preferencias de los empleados y cubrir las necesidades en todo el espectro de las condiciones de salud mental”, expresó Doldo.
Estos planes podrían ayudar al bienestar de los empleados y a promover la equidad, dignidad, prosperidad y salud mental.
¿Cómo implementar un programa de salud mental?
De acuerdo al estudio Convirtiendo el riesgo de la salud en valor (Mercer Marsh Beneficios), el diseño de estos programas varían de una cultura a otra, pero en todos ellos es crítico:
“Es de suma importancia que, cada vez más, los empleadores reinventen sus programas de salud mental, revisen sus redes de proveedores de servicios de salud y garanticen la diversidad de los profesionales encargados de la atención en este sentido para reflejar las necesidades de su fuerza laboral”, concluyó la líder de Mercer Marsh Beneficios de Argentina y Uruguay.
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