Los cambios que se analizan sobre la regulación de la Verificación Técnica Vehicular dejan en evidencia el riesgo de ser juez y parte
Preocupa que si avanza el proyecto del Gobierno de la Nación de modificar el sistema nacional se rompería explícitamente la independencia de criterios al habilitar que las concesionarias y talleres controlen lo que venden o reparan
El sistema nacional de Revisión Técnica Obligatoria (RTO) y los sistemas provinciales de Verificación Técnica Vehicular (VTV) están hechos en base a los estándares de la Unión Europea, los cuales disponen que la revisión vehicular debe ser efectuada por empresas cuyo objeto exclusivo y excluyente sea, precisamente, la verificación técnica, por lo que no están autorizadas a realizar tareas de reparación y mantenimiento de automotores o la venta de sus repuestos.
El propósito de esta prohibición es mantener la independencia de criterio, necesaria para evitar que, por sus atribuciones para aprobar el estado de los vehículos, realicen reparaciones o venta de repuestos innecesarios y/o a precios más elevados que lo normal.
Desde el ISEV consideramos que los cambios que analiza el Gobierno de la Nación respecto a la VTV, afectan a la integridad y lógica del sistema, al habilitar se pueda realizar en CUALQUIER taller mecánico o concesionaria habilitada,
Esto habilitaría el doble papel de juez y parte en un mismo protagonista.
Si las concesionarias de vehículos o talleres mecánicos controlan las anomalías vehiculares y, además, forman parte de la cadena de comercialización y reparación, podría generarse un incentivo que puede afectar la objetividad y la veracidad del control, precisamente por la falta de independencia del prestador.
Asimismo, muchas empresas poseen talleres mecánicos propios para la reparación de sus vehículos. Si dichos talleres quedan habilitados para controlar su propia flota de automotores no existiría la independencia de criterio que se requiere para un control indubitable.
Es fundamental un sistema que tenga controles cruzados entre partes, que sea independiente. Por un lado, quien verifica los vehículos (plantas de VTV con exclusividad en la prestación del servicio) y por otro, quien comercializa todo lo relacionado a la reparación de los automotores, o utilizan dichos vehículos para su propia actividad, tal como funciona en países como España, Italia, Alemania, Francia, Inglaterra, Ecuador, Chile, Costa Rica y los principales estados de Estados Unidos como California, New York, Massachusetts, Virginia, Carolina del Norte, Florida, etc.
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, debe considerarse que, al ser una ciudad densamente poblada, no se pueden instalar plantas que manejen grandes volúmenes de vehículos en cualquier barrio de la Ciudad porque esto generaría embotellamientos y colas que derivarían en muchas quejas de los vecinos. Por eso, en la Ciudad de Buenos Aires, las plantas están en zonas que tienen la infraestructura y el espacio que pueden recibir grandes cantidades de vehículos por día (cercanos a grandes avenidas y autopistas). Por eso, en la elección de la localización de una planta se debe tener en cuenta que va a recibir grandes volúmenes de autos y motos en pocos minutos, lo cual necesita una dimensión determinada, una accesibilidad practica para poder absorber vehículos en el interior de las plantas de VTV y un ágil acceso/egreso a grandes avenidas y autopistas.
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV