La Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó este miércoles que la aparición de un brote de salmonella detectado en diez países europeos y en Estados Unidos tendría su origen en productos de chocolate de la marca Kinder, producidos en Bélgica.
“Los principales afectados por el brote son niños menores de 10 años. Entre los 21 casos graves notificados, 12 presentaron cuadros de diarrea con sangre y nueve fueron hospitalizados”, detallaron.
Hasta la fecha no hay conocimiento de víctimas mortales asociadas al brote, pero se estima que los chocolates se distribuyeron en al menos 113 países, por lo que es probable que se notifiquen casos adicionales en otras naciones.
En tanto, la ONU considera que todavía se necesita más información para “evaluar con mayor precisión la gravedad vinculada a este episodio, incluyendo datos sobre los síntomas”.
“Dado que la identificación de los casos existentes se realizó mediante técnicas moleculares, que no se utilizan de forma rutinaria en todos los países, es probable que una parte de los casos permanezcan sin detectar”, advirtieron.
Hasta el momento, la mayoría de los casos se notificaron en diez naciones europeas (150 de 151), aunque también se detectó un episodio en Estados Unidos.
“El riesgo de propagación del brote dentro de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como a nivel global, se evalúa como moderado hasta que se disponga de información sobre el retiro total del mercado de los productos implicados”, concluyeron.
El inicio del brote
El pasado 8 de abril, la empresa Ferrero cerró su fábrica de chocolate Kinder en Bélgica, luego de retirar del mercado de varios países europeos, Argentina y Estados Unidos, algunos lotes de sus productos "Kinder Mini Eggs", fabricados allí, tras detectarse casos de salmonella en personas que consumieron dichos productos.
Los síntomas más frecuentes de la salmonelosis son la aparición de fiebre alta, dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea con sangre, tal como se reportó en la mayoría de los casos del brote actual.
Pese a que las infecciones por salmonella suelen ser leves y no requieren tratamiento, los niños y los ancianos corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por deshidratación.
Las medidas de prevención de la salmonelosis contemplan lavarse las manos con agua y jabón, en particular después de haber estado en contacto con animales domésticos o de granja, o después de haber ido al baño; asegurarse de que los alimentos estén bien cocinados; beber únicamente leche pasteurizada o hervida; no tomar hielo a menos que esté hecho con agua potable y lavar minuciosamente las frutas y verduras.
(Fuente: Página 12)