MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, ha vuelto a mejorar la previsión de crecimiento para la economía mundial hasta alcanzar el 3,2% este año y el 3% el que viene, según el informe ‘Panorama económico y sectorial 2024: actualización de previsiones hacia el cuarto trimestre’, editado por Fundación MAPFRE.
El Servicio de Estudios cree que la actividad económica seguirá cumpliendo con tasas que se adecuan “al ritmo considerado como potencial”, alrededor del 3%, “desafiando las preocupaciones en torno a una posible recesión y ofreciendo cierta fortaleza en las métricas clave”.
La inflación, por su parte, se acerca ya a los niveles objetivos fijados por los bancos centrales con menos baches de los que expone el mapa de riesgos, especialmente en el frente geopolítico, y con un sacrificio más benigno en términos de empleo, dos factores que liberan de presión a los bancos centrales. Así, a nivel mundial, la tasa se situará en el 4,2% en 2024 para posteriormente bajar al 3,4% al año siguiente.
Para Estados Unidos, MAPFRE Economics espera un aumento del PIB de 2,6% para este año y del 1,8% para el que viene a pesar del endurecimiento monetario que ha llevado a cabo la Reserva Federal (Fed) en los dos últimos años y que ya está empezando a revertir. Sin embargo, la inflación se mantendrá aún por encima del objetivo del 2% en el país, al situarse en el 2,9% para este año y en el 2,4% para 2025.
La eurozona registrará un crecimiento del 0,8% este año, seguido de una mejora en 2025 hasta alcanzar el 1,2%. El Viejo Continente continúa con una actividad económica débil, especialmente en el caso de Alemania: MAPFRE Economics anticipa que su PIB no crecerá nada este año. La inflación seguirá descendiendo y cerrará 2024 en el 2,3% para el conjunto de los países de la Eurozona y el año siguiente, en el 1,5%.
España sería la excepción. El Servicio de Estudios ha vuelto a mejorar su previsión de crecimiento hasta alcanzar el 2,9% para 2024 y el 2,1% para 2025, lo que supone un incremento de cinco y tres décimas, respectivamente, con una tasa de inflación que se situaría en el 2,6% este año y en el 2% para el que viene.
América Latina se mantiene estancada, con un crecimiento previsto del 1,4% este año y del 2% para el que viene, con una inflación del 8,8% en 2024 y del 7,8% para el que viene. En las economías emergentes, se mantiene el rumbo previsto en la anterior edición del informe, en sintonía con una demanda exterior más favorable, un contexto de condiciones financieras menos estricto y situaciones de endeudamiento, en general, más saneadas. Estos países en su conjunto registrarán un crecimiento del 4% este año y del 3,8% el que viene, con una inflación del 5,8% y del 4,4%, respectivamente. Sin embargo, queda expuesta a una elevada incertidumbre la previsión de China, sujeta a posibles revisiones en el futuro próximo en función del impacto de las recientes medidas anticíclicas anunciadas, así como de la capacidad para definir un rumbo suficientemente claro. Así, se espera un crecimiento del PIB del 4,7%, por debajo del objetivo del 5%, seguido de un 4,1% en 2025.Impacto en el sector asegurador
La mayor disparidad en el comportamiento entre las distintas economías del mundo puede afectar a sus sectores aseguradores. En la Eurozona, donde continúa estimándose un crecimiento económico débil, puede traducirse en una desaceleración en los crecimientos de las líneas de actividad más cíclicas del sector asegurador, principalmente del segmento de No Vida. España continúa siendo una excepción, lo que se está reflejando positivamente en prácticamente todas las líneas del segmento de los seguros de No Vida, si bien se esperan crecimientos algo menores para el próximo año.
En cuanto a los seguros de Vida, la bajada de tipos de interés en Estados Unidos y otros mercados ofrece una prima por plazo positiva en los tramos más largos, lo que dibuja un entorno más propicio para productos de seguros de Vida ahorro de mayor duración. El buen comportamiento de la renta variable puede favorecer igualmente el desarrollo de los seguros de Vida, en los que el tomador asume el riesgo de la inversión.