Es evidente que durante el pandémico 2020 hubo una fuerte reducción de los intercambios comerciales mundiales. A pesar de que Argentina no fue ajena a esa tendencia, el impacto en el segmento aduanero en pesos fue de menor cuantía, defendiendo su participación en el negocio de las fianzas. Con el menor movimiento de la década, el flujo de Impo/Expo apenas rozó los USD 98.000 millones (-15% en relación a 2019), alcanzado valores similares al de la crisis del 2009. El principal vector de caída fueron las exportaciones, explicada por un mundo más cerrado (que compró/consumió menos), un dólar “atrasado” que alienta al exportador a demorar estos despachos esperando un mejor tipo de cambio y algún paro circunstancial del polo aceitero que trabó las salidas de este representativo producto exportable en la última parte del año. La caída de exportaciones fue del -16%, con un precio que fue apenas mejor (+1%) pero con una reducción del -14% en cantidad que fue la responsable de este contundente achicamiento.
Por el lado de las importaciones, la caída fue apenas menor (-13.8%), con una merma del -10% en la cantidad y un caída del precio de casi -4%. Este combo generó un superávit de USD 12.500, siguiendo la misma lógica del 2019. Relacionando este breve racconto de lo que pasó con nuestra industria del seguro de caución, observamos un protagonismo relevante de las garantías vinculadas al comercio exterior a pesar de este complejo contexto. En la actualidad, el peso de los seguros de caución aduaneros asciende a por lo menos el 35 % del primaje del nicho ($3.200 millones), solo superado por el mercado de las Garantías Contractuales de Obra y Suministros Públicos/Privados.
Dejamos atrás un 2020 donde la aduana contribuyó a la continuidad del negocio dada su completa digitalización hace ya más de 15 años, donde Afianzadora Latinoamericana fue la primera aseguradora en operar esa modalidad en el mercado argentino. Proyectamos para este año una mayor actividad de importación teniendo en cuenta la lenta pero constante recuperación de la actividad industrial (principalmente la automotriz). La gran incógnita será la “P” (precio) donde dependerá, en gran medida, a qué velocidad se moverá el tipo de cambio con relación al dólar. Nuestros principales socios comerciales (Brasil, China y Estados Unidos) parecen arrancar con mayor velocidad la recuperación, generando expectativas de una mayor demanda de nuestro mercado. A pesar de reconocernos como una de las economías más cerradas de la región (junto a Brasil), todo indicaría que el volumen de las importaciones ganarán en cantidad dada la mayor demanda que generará nuestra economía que "crecerá" en el orden del 5%.
Enfrentamos un 2021 donde los interrogantes estarán puestos en el precio (devaluaciones del peso argentino) de las importaciones y las eventuales mayores dificultades para importar, producto de la escasez del mayor anhelo argentino: el dólar americano.
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Fuente: Afianzadora – Seguros de Caución
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