¿Qué es?
Es el programa de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) -organismo del Ministerio de Transporte- por el cual las 23 provincias, CABA y cientos de municipios de todo el país realizan controles de alcoholemia simultáneos y coordinados a conductores de vehículos automotores. Comenzó en diciembre de 2020 y el próximo 23 de julio se realizará una nueva edición, la vigésima.
¿Cuántos conductores fueron testeados?
Se controló a más de 130 mil conductores.
¿Qué resultados arrojó?
En la primera jornada, en diciembre de 2020, 8 de cada 100 conductores dieron positivo (graduación superior a 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre), mientras que, en junio de 2022, la tasa fue del 2%. Si se realiza un promedio entre todas las ediciones, los resultados son:
Conclusiones:
Si bien el 94% de las y los conductores argentinos manejan sin haber bebido alcohol, el 6% restante conforma un universo que, si bien parece pequeño, impacta fuertemente en la siniestralidad vial y afecta enormes recursos del sistema de salud, toda vez que en al menos el 25% de los siniestros graves los exámenes hospitalarios detectan la presencia de alcohol en los conductores.
Si se confrontara el 6% de conductores que manejan después de haber consumido alcohol con la cantidad de licencias nacionales válidas (12 millones), tenemos una cantidad potencial de 700 mil conductores con alcohol en sangre circulando por las calles y rutas de nuestro país todos los días. Esta proyección empeora si se la compara con el parque vehicular registrado: en ese caso los potenciales alcoholizados superan el millón.
Por todo esto, tenemos dos certezas. Una es la necesidad de sostener y ampliar los controles en todo el territorio nacional, para lo cual es imprescindible la decisión de los gobernadores e intendentes, ya que los datos nos señalan que el control impacta de inmediato en el comportamiento de los conductores.
La otra es la urgencia de una Ley de Alcohol Cero al volante en toda la Argentina. Como surge de las estadísticas, la graduación promedio detectada es 0.86 g/l, muy cercana al 0.5 g/l tolerado para automovilistas particulares. Esto significa que la siniestralidad vial relacionada con el alcohol que hoy sufrimos en todo el país no requiere un consumo exorbitante para producirse, sino que es hija de la ingesta de cantidades falsamente consideradas “seguras”, algo que claramente es falso. La única cantidad de alcohol segura es cero si alguien va a manejar.
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