Fraude al seguro en España

Dos apicultores, condenados a tres meses de prisión cada uno y a una multa, fingieron un asalto a sus explotaciones...



“El mejor cazador puede ser cazado”. La sabiduría popular encaja al dedillo con el fracaso de la trama urdida por dos apicultores zamoranos, cuya escasa pericia les dejó sin los €38.100 que esperaban cobrar del seguro de sus explotaciones. Y a las puertas de la cárcel, aunque condenados a tres meses de prisión cada uno de ellos por un intento de estafa a la compañía. Los industriales de San Juan del Rebollar y de Rábano de Aliste planificaron fingir un robo en sus respectivas propiedades en abril de 2020. Y, ya puestos, no se quedaron cortos: uno de ellos denunció la sustracción de 213 colmenas; el otro, de 106 enjambres. Las primeras, valoradas en €25.400; los segundos, en €12.700.

Pero ninguno de los dos procesados contó con la experiencia y la buena investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, que tardó apenas un mes en descubrir el engaño y en dar al traste con un plan que les ha valido otra condena por simulación de delito. Cada uno deberá abonar al Juzgado de lo Penal €720, una cuantía que podría haber sido muy superior, puesto que el Código Penal fija en 12 meses el tiempo máximo para establecer la duración de la multa con la que se castiga este tipo de infracciones penales, que la magistrada del Juzgado de lo Penal redujo al mínimo estipulado, tras el acuerdo alcanzado por la Fiscalía Provincial y el abogado de los dos procesados.

Los imputados, ante las evidencias puestas sobre la mesa por la Guardia Civil y el propio perito de la compañía de seguros, admitieron en el último minuto, poco antes de celebrarse la vista oral en el Juzgado de lo Penal, que habían recreado los robos, lo que les permitió que se les aplicaran atenuantes a las condenas que solicitaba inicialmente el Ministerio Fiscal.

Por otro lado, si la estafa hubiera llegado a producirse, los dos apicultores podrían haberse enfrentado hasta a tres años de cárcel, de acuerdo con el Código Penal, una condena que tiene en cuenta la cuantía que se defrauda, el quebranto económico que se causa, a la aseguradora en este caso, y los medios que se utilizan para ejecutarla y otras circunstancias que pueden agravar el delito. No hubo vista oral, pero sí arrepentimiento y admisión de haber cometido los delitos que se les imputaban, suficiente para que todo quedara en una buena advertencia.

Una sola inspección de la Guardia Civil, y el plan de los dos apicultores de Aliste se vino abajo de inmediato. La existencia de abejas muertas que resultaron víctimas de los ácaros en las colmenas, así como la detección de cajones de madera sin tratar para poder realizar la crianza de los insectos permitieron a los agentes concluir que nunca llegó a producirse robo alguno en estas instalaciones de San Juan del Rebollar y de Rábano de Aliste.

A la misma conclusión llegó el perito de la compañía de seguros que acudió a los dos explotaciones para recoger pruebas que pudieran verificar que algún intruso había tratado de llevarse los 106 enjambres y las 213 colmenas, según la información recabada por este periódico tras el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal de Zamora. Los informes emitidos en mayo de 2020, a los pocos días de que los dueños de los colmenares denunciaran los robos, concluyeron que los asaltos eran incompatibles con el estado de los cajones de madera que contienen el nido de los insectos, los panales de cera. Y es que tras el supuesto estropicio, los habitáculos no habían sido preparados con el tratamiento específico para sanear las colmenas cuando han muerto abejas dentro, al objeto de volver a destinarlos a la crianza de los insectos.

(Fuente: La opinión de Zamora)