Mal año para Mercedes Benz: tercer recall

Los problemas abarcan desde quedarse sin frenos, tal el último recall, hasta posibles incendios. Cómo se los resuelve.



La compañía con sede en Stuttgart oficializó este sábado un llamado público a los dueños y usuarios de los SUV GL y ML, y de la minivan de lujo Clase R, fabricados entre 2004 y 2015. Son casi un millón de vehículos (993.000 más precisamente) afectados por posibles problemas con sus sistemas de frenos que pueden tener lo que se denomina como corrosión avanzada y el riesgo de una fuga de vacío.

Esta es una convocatoria global cuyo primer episodio se había dado dos semanas antes, con el recall para 300.000 autos en los Estados Unidos, donde se detectó el defecto que podría derivar en verdaderas tragedias viales. "En casos excepcionales, frenar bruscamente con estos vehículos podría causar daños mecánicos al servofreno y es posible que no se pueda detener a los vehículos con el pedal del freno", dictaminó la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) estadounidense.

Así, la automotriz alemana ordenó que directamente no se utilicen esos vehículos por el riesgo inminente que tienen de protagonizar un choque. A sus clientes les ofrece remolque gratuito hasta el taller oficial, donde revisarán los impulsores y reemplazarán las piezas si es necesario. En el caso de que no se puedan reparar de inmediato, los concesionarios ayudarán a los propietarios con autos de reposición para que puedan trasladarse.

La secuencia iniciada a principios de año

La reciente revisión por el sistema de frenos se suma al realizado por la marca alemana en febrero pasado, debido a un defecto en el e-Call (obligatorio en la Unión Europea desde 2018) que es el sistema que alerta a los servicios de emergencia en caso de que se produzca un accidente. El defecto radica en que era posible que se enviara una ubicación incorrecta del vehículo.

La gran utilidad de este sistema es que les permite a los bomberos y paramédicos ganar tiempo en la atención primaria, pudiendo llegar antes al lugar del hecho, con lo cual una falla en la localización podría significar la pérdida de vidas humanas.

Como el inconveniente estaba relacionado con el software, la solución se realizó a través de una descarga inalámbrica utilizando la conexión de datos móviles existente en el automóvil. En este caso, fueron 300.000 unidades las involucradas.

Un mes antes, a comienzos de año, también hubo un llamado a revisión para 800.000 modelos, pero por un problema aún más grave: un riesgo de incendio como consecuencia del defecto de la bomba refrigerante, el que puede producir fugas de estos fluidos.

Fuentes oficiales de la marca señalaron en aquella oportunidad que “si las válvulas de los interruptores eléctricos entran en contacto con el refrigerante, la temperatura de las respectivas piezas puede, en casos aislados, aumentar con el tiempo debido a una reacción electroquímica”.

Los modelos afectados fueron los Mercedes-Benz GLC, GLE, GLS, Clase C, Clase E, Clase S, CLS y Clase G equipados con los motores diésel OM654 y OM656, todas unidades producidas entre enero de 2017 y octubre de 2021.

El 2022 viene complicado para Mercedes-Benz, con cuatro recalls, dos millones de autos afectados, y un gran riesgo para la seguridad. Una situación que trae aparejado un perjuicio económico por los costos de reparaciones y reemplazos, pero también un golpe directo a la reputación de una compañía de impecable tránsito a lo largo de su historia en la industria automotriz.

(Fuente: Clarin.com)