Ayer por la tarde, en la localidad bonaerense de 9 de Julio un incendio de gran magnitud arrasó con la planta láctea Aurora, ubicada detrás del autódromo de la ciudad. El incidente habría comenzado cuando unos operarios trabajaban en la ampliación de la planta, soldando unos paneles que en el interior tenía poliuretano. La fábrica pertenece a Martín Capeletti y su familia.
Según pudo saber LA NACION, una chispa que saltó desató el fuego que luego se desparramó por las instalaciones y tomó el cielorraso, que en poco tiempo se desmoronó. Gente del lugar llamó a la estación de Bomberos Voluntarios local que se acercaron de manera inmediata pero había poco para hacer.
Adentro había una gran cantidad de materia prima, productos terminados y envoltorios inflamables que ayudaron a que la combustión sea muy veloz. La usina láctea quedó destruida en su totalidad, solo se salvo el edificio donde estaba la administración.
En diálogo con LA NACION, Carlos, productor agropecuario y padre del propietario de Aurora, dijo que fue muy duro ver ese escenario. “Fue tremendo ver a los operarios llorar desesperados. Uno de ellos me dijo que no solo ellos estaban tristes sino que la ciudad entera estaba llorando”, señaló.
Contó que días atrás habían logrado importar de Alemania una máquina que necesitaban para su actividad y que, para protegerla de las inclemencias climáticas, habían decidido construir un galpón para resguardarla: “Fue ahí donde saltó la chispa”.
En este contexto, relató que la actividad de su hijo y su nuera Paola comenzó dos décadas atrás cuando alquilaron a las afueras de la ciudad una vieja fábrica abandonada que la reacomodaron y así comenzaron a trabajar. Luego, compraron unas siete hectáreas donde finalmente construyeron su planta. “Es muy doloroso ver cómo algo que empezó a pulmón quedó destruido en un segundo, un trabajo de 20 años hecho cenizas en una hora”, añadió.
Lácteos Aurora arrancó en 2002 y en 2009, con una inversión, armó una planta moderna con todos los requerimientos ambientales. En la actualidad, procesa más de 100.000 litros de leche por día. En el lugar se fabrica masa de mozarella como también quesos envasados directamente para el público. Su producción se distribuye en todo el país y también se exporta a Miami y Brasil. Entre los productos que fabrica y comercializa está el quesos tybo, cremoso, sardo, muzarella, gouda y otros.
En cuanto al seguro contra siniestros, el productor agropecuario indicó que, tras el incendio a la fábrica Cagnoli en Tandil, la compañía aseguradora había retirado todos los seguros de fábricas que pudieran tener algún material inflamable, entre ellas estaba Lácteos Aurora.
En tanto, el subsecretario de Producción municipal, Víctor Altare, señaló que las pérdidas son millonarias. “Si bien no hubo daños personales, además de los daños edilicios, había una enorme acopio de mozarella congelada para el verano, sumado a gran cantidad de productos listos para la venta que había en los depósitos. Pero lo más duro son los empleados que trabajaban en la fábrica”, dijo.
La planta tiene 88 empleados directos y más de 40 indirectos. “Ni bien se conoció la noticia empresarios locales se solidarizaron con el dueño y ofrecieron tomar trabajadores de la fábrica. La tristeza de los empleados es que ayer a esta hora estaban trabajando y hoy, en menos de 24 horas, ya no existe nada”, se lamentó Altare.
Por último, Capeletti rescató las muestras y gestos solidaridad que tuvo para con su familia no solo la gente del pueblo sino también de las ciudades vecinas y gente del sector que se pusieron a disposición para lo que necesiten. Recibieron, además, una carta afectuosa del Obispo de la ciudad, Ariel Torrado Mosconi, quien se ofreció a “tender una mano para colaborar mancomunademente”. Por su parte, Altare contó que el municipio ya realizó gestiones a nivel provincial y nacional para dar una salida y una solución para la empresa.