Una víctima, un detective y una hermana casi gemela como coartada. Aunque esta historia parezca sacada de una novela o de una película de domingo, es real y ha tenido lugar en Francia. Durante muchos años, una mujer de Carmaux se las ha arreglado para estafar al seguro. Para entender el caso al completo hay que remontarse a 1983, cuando la víctima fue atropellada por un conductor que se dio a la fuga, dejándola con las piernas gravemente dañadas. En aquel momento, el seguro le concedió una indemnización por un valor superior a 100.000 euros.
Diez años después, presentó una reclamación a la compañía alegando que su estado de salud no había mejorado y obtuvo una compensación. La mujer regresó en otras dos ocasiones: en 2004 y 2014. En total, recibió unos 90.00 euros. A todas estas citas acudió con su compañera inseparable, una silla de ruedas, asegurando que cada vez le resultaba más difícil desplazarse, tal y como recoge el medio francés La Dépêche.
La aseguradora comenzó a dudar del relato de la protagonista y se negó a pagarle más dinero, llevando el caso a la Justicia, aunque fue desestimado en los tribunales. Sin embargo, la empresa estaba convencida de que la clienta fingía una parálisis de los miembros inferiores, por ello en 2017 -34 años después del accidente-, decidió contratar a un detective privado. Su teoría de que la mujer no estaba diciendo la verdad, no tardó en confirmarse.
De compras y conduciendo
Los vídeos facilitados por el investigador a los gendarmes fueron bastante reveladores. En la primera grabación, se puede ver a la acusada comprando en la tienda Ikea de Toulouse, subiendo escaleras y paseando tranquilamente por los pasillos. Ese mismo día por la tarde acudió al reconocimiento médico con la silla de ruedas. En el segundo documento aportado por el detective, la mujer de 63 años acude a un estanco de Carmaux con unas botas de tacón. En el último, viaja a Perpiñán en su lujoso 4x4 alemán.
“No soy yo, es mi hermana”
La compañía de seguros presentó inmediatamente una denuncia. No obstante, la inculpada aseguró que era su hermana, que se parecía mucha ella. Incluso presentó una nota escrita por ella. Una teoría que los agentes no se creyeron. Por ello, recurrieron a un experto quien, con su herramienta de reconocimiento facial, les aseguró que se trataba de la señora de Carmaux. Además, en el curso de la investigación varios testigos declararon que jamás habían visto a la acusada paseando en silla de ruedas. El único que la había visto de esta índole era el médico que visitaba cada tres meses.
Culpable de tentativa de estafa
Ausente del juicio por razones médicos -algo que irritó al magistrado- la imputada no pudo dar su versión de los hechos. El abogado de la aseguradora vio en ello una prueba de su culpabilidad. “Si no se ha presentado es porque sabía que su situación era insostenible. Su pequeño negocio apesta a fraude”, comentó. La defensa de la vecina de Carmaux, por su parte, denunció una investigación que equivalía a acoso.
Estas declaraciones no convencieron al tribunal y la declaró culpable de tentativa de estafa y la condenó a ocho meses de prisión con suspensión de pena. Asimismo, tendrá que pagar una multa de 20.000 euros y 2.000 euros a la compañía de seguros. (Infobae.com)